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La primer actividad de unificación profunda empieza con la acción de respirar, de tomar conciencia del aire que entra y sale. De la inspiración y espiración como fenómenos que no solo nos reconectan, sino que también nos generan el hecho de estar vivos. Los orientales suelen decir que respirar es una conversación fluida entre el cielo y la tierra, siendo esta metáfora por cierto de una gran belleza y exactitud.
Al poder determinar una zona física donde situar nuestro centro, nos permitimos salir de la confusión mental que nos distrae y aleja, dando lugar automáticamente a percepción de nuestro cuerpo como destinatario y guardian de lo que nos ocurra.
Pocas veces tomamos conciencia que la calidad de nuestro estado depende de la forma en la cual incluimos nuestro respirar como fuente de cambio.
El plus de respirar llevando aire a nuestro centro nos permite incorporar al cuerpo como mapa para llevar a cabo cualquier trabajo posterior de conciencia generativa y creativa que nos permita elevar nuestra calidad de respuesta.
El enraizamiento.
Tomamos pocas veces conciencia de que nuestras plantas de los pies nos sostienen y nos dan contacto con la tierra. La sensación de tener y extender nuestra raíz, desde nuestros apoyos, nos permite percibir nuestra solidez, nuestra presencia. Sentir como nos apoyamos, como descansamos en nuestros puntos de contacto con el piso o con algún objeto(una silla por ejemplo) también es una forma de predisponer a la conciencia al aquí y ahora. Toda una gama de sensaciones se despliegan en la planta de los pies, reconectar con las mismas nos brinda mas presencia, como asi también con cualquier parte de nuestro cuerpo que tome contacto con lo terrenal.
La alineación.
Tanto con el piso, que seria nuestro contacto con lo terrenal como con el cielo, que en este caso seria lo ascendente, que podría estar representado por nuestra columna, el aire que tomamos inspirando puede ser representado y percibido en estas dos dos variables: tierra, piso, cielo, columna vertebral.
Hay un aire que entra y baja, enraizándose, y uno que sube alineándonos con nuestra espina dorsal, o sea la nuestra columna a lo largo de un eje vertical.
Estar pudiendo explorar e integrar estos ejes es parte importante en la búsqueda de sintonizar con nuestro centro. Tanto lo horizontal como lo vertical son dos ejes de representación somáticos en donde podemos explorar la dimensión de la actividad del respirar en estos dos ejes, logrando asi integrar las diferentes direcciones en donde se conjugan e integran nuestros meridianos corporales.
A modo de conclusión podríamos decir que una vez que logramos establecer nuestro centro somatico, deberíamos estar percibiendo en primer lugar nuestra respiracion, para luego poder incorporar el enraizamiento y la alineación como características del fenómeno somatico de reconexión con nuestra mente corporal mamífera ancestral.
En el acto de percibirnos en la respiracion mas nuestros ejes, podemos determinar un lugar físico de conexión desde el cual cambiamos el reflejo de pensar por el de respirar. Actividad que nos estará permitiendo salir de nuestra mente cognitiva de manera tal que podamos integrar de manera nueva y creativa nuestra forma de estar presentes en las venideras experiencias estando en un AQUÍ Y AHORA donde vamos a dejar de estar separados de lo que ocurre , para ver como transformar esas experiencias o conflictos en aprendizajes para nosotros mismos y nuestros semejantes.
El centro es un lugar que contiene las experiencias y habilita al observador que somos, dejándonos estar CON lo que nos ocurre ya que no deja que nos convirtamos en ESO que nos pasa. Es nuestro lugar mas intimo y personal al cual podemos estar regresando cada vez que nos haga falta una conexión mas profunda e intima con nosotros mismos.
Decimos que para los estados donde surgen conflictos es indispensable integrar nuestro centro para poder relacionarnos con la situación problemática. Caso contrario podríamos caer en un estado donde la mente cognitiva sea la única que responda frente a estos sucesos por lo cual estaríamos operando desde un lugar donde lo somatico no tendría el debido espacio obteniendo la percepción de estar separados de lo que nos esta ocurriendo cayendo en los estados de lucha, huida o paralisis anteriormente descriptos.
En cualquier suceso que nos requiera poner el cuerpo, el mismo, siempre será mas enriquecedor, abarcando mas niveles de profundización a la hora de entender mejor la dinamica conflictiva. El hecho de entender al conflicto como una detención nos brinda la posibilidad al moverlo desde el mismo cuerpo, de conocer mas integralmente el funcionamiento de cómo nos impacta la metáfora transformadora de dicho conflicto en mirada de resolución, que dicho sea de paso siempre será integradora y transformadora de la situacion inicial problemática en algo nuevo que contenga alguna forma nueva que resuelva incorporando sin expulsar ninguno de los elementos constitutivos del problema inicial.
Para desarrollar una mirada que aporte algunas ideas desde nuestro mapa metaforico quiero explicar que representación grafica para nuestro modelo he observado para entender la dinámica somatica conflictiva.